Mi experiencia en equilibrium fue fantástica, por el acompañamiento y la profundidad de lo enseñado. El ritmo de la formación es acertado, a veces parece largo pero estar cuatro años te permite ser barro moldeado por el yoga y eso después te hace tierra fertil. Gracias a Cristina (y su equipo), por su rigor, su  generosidad, y sobre todo por ser una enamorada de la práctica y enseñarnos a enamorarnos…